En 1798 el obispo mercedario fray Juan Bautista Zengotita y Bengoa estableció canónicamente como parroquia el territorio de Juana Díaz. La capilla dedicada a Nuestra Señora de la Candelaria, en la que ya se llevaban libros de bautismos, matrimonos y defunciones desde 1787, fue su primera iglesia parroquial.
Como era costumbre en la América Hispana, a continuación de fundarse la Parroquia se funda el Pueblo de Juana Díaz independiente de Coamo.
En 1813 el Obispo Arizmendi habla de continuar la construcción de la iglesia para la que el obispo Zengotita dio permiso el 14 de febrero de 1800. Comenzada en 1807, la encontramos terminada en 1875. "Declárese, con respecto a lo expuesto e informes tomados en el asunto, por patrono titular de la iglesia que se trata, a San Ramón Nonato y por patrono menos principal a San Juan Bautista" (Acta episcopal de fundación.) La fachada apenas ha sufrido modificaciones, pero el interior ha experimentado varios cambios, como la sustitución del retablo antiguo, la retirada del púlpito, altares laterales, bautisterio y el coro, que no han afectado de modo importante el estilo del mismo.
La fachada del templo parroquial es una majestuosa esctructura de estilo neoclásico con cuatro columnas exentas, dos a cada lado de la puerta y con dos esbeltas torres, coronadas con cúpulas ciegas al igual que la que corona el presbiterio.
"Molduras ondulantes suavizan los ángulos en las torres poligonales; colummnas exentas enmarcan la puerta de entrada. Estos dos elementos contribuyen a crear una impresión escultórica en esta fachada y un carácter de tridimensionalidad que no se encuentra en otros ejemplos" (La arquitectura en los Templos Parroquiales de Puerto Rico. Arquitectos Marvel y Moreno).
El interior es de tres naves separadas por columnas con capiteles dóricos y arcos románicos. Todo el edificio muestra una mano de obra muy especializada. Vale la pena fijarse en la cúpula sobre el presbiterio. Es una joya de ingeniería a base de ladrillos. Lo mismo se puede decir de las columnas y capiteles.
Las ventanas laterales, de arcos góticos, abiertas más tarde, lucen con bellas vidrieras que tiene motivos de la vida del Señor.
Sin duda alguna, estamos ante uno de los Templos Parroquiales más bellos de toda la isla de Puerto Rico.
En el siglo XX se colocó la imagen de San Ramón, colocada en la ventana central. Las ventanas tienen acrílicos. La fachada se iluminó en 1998, siendo párroco Mons. José Lozano Guillén.
El retablo actual se hizo en 2005, siendo párroco Mons. José Lozano, en la Semana Santa de ese mismo año. La obra fue hecha por Arte Granda de Madrid, España. El estilo del retablo es neoclásico inspirado en la forma de la fachada de la Iglesia. Abunda la ornamentación en pan de oro que resalta con los verdes y las maderas marmolizadas. Las puertas fueron enmarcadas según el estilo de la obra. Todo el piso del presbiterio se revistió de mármol crema de Juana Díaz y verde de España. Esta obra la hizo el constructor puertorriqueño Luis R. Albert.